a Emily...
A toda costa, un rezo ferviente,
aminora la marcha,
cesa la fatiga,
nos lleva a un aumento progresivo de aires,
a un pacífico futuro, nuboso y claro...
Somos cuerpos bombeando días,
en un letargo sueño esporádico...
A toda costa, nos aferramos a las proas que tenemos por pieles,
así como el agua se aferra a la arena...
En este tiempo, prestado, quien nos cobra como intereses,
somos pago de un vicio inmaculado, de un amor permisivo, también prestado...
A toda costa, libramos luchas ficticias, festejamos victorias imaginarias,
no menos legendarias que nuestro primer casi beso.
Irrespetuosos con nosotros mismos,
re-direccionamos nuestras vidas;
tu, la mía, y yo, la tuya...
Nuestro amor, no debió ser romántico,
ni poético,
ni metafórico, ni permeable.
Debió ser tal como es.
Tal cual nunca lo conocimos.
A toda costa nos amamos,
a costa de nada, dejamos de hacerlo...
Jhon Mariom